El bolardo metálico o de piedra es uno de los elementos de protección más comunes en las ciudades actuales. Aunque son muchas sus ventajas, también presenta importantes inconvenientes, sobre todo para la seguridad de los peatones, debido a su rigidez. Por ello, en este post queremos presentar las características y beneficios que ofrece el bolardo de poliuretano, una de las mejores alternativas a las pilonas tradicionales tanto para las personas como para los vehículos. ¡Empezamos!
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Funciones principales de los bolardos
Cada año, son más las ciudades que optan por implementar bolardos para delimitar y sectorizar todo tipo de vías públicas. Estos elementos son especialmente útiles para evitar la entrada de tráfico a lugares de la ciudad reservados para los peatones. También delimitan espacios donde no es apta la circulación de los coches, como por ejemplo, los carriles bici.
La mayoría de ellos están construidos a base de granito, metal o madera. Sin embargo, debido a la falta de flexibilidad de estos materiales, pueden llegar a ser muy peligrosos ante una caída o impacto accidental. Además, también ofrecen una vida útil mucho menor, por lo que suponen un gasto más recurrente para las arcas municipales o particulares.
Por ello, es importante comenzar a modificar el tipo de bolardos que se usa en las ciudades. El poliuretano es uno de los materiales que está ganando más protagonismo como material de fabricación para las nuevas pilonas, especialmente, por su resistencia y flexibilidad. Veamos que atributos diferenciales poseen y cuáles son sus beneficios.
Bolardo flexible: características principales y ventajas
Los bolardos de poliuretano difieren de los tradicionales por, como decíamos, ser completamente flexibles. Aunque pueda parecer que esta característica los hace frágiles, lo cierto es que son aptos para condiciones muy extremas, que van desde los 60ºC hasta los -40ºC. De esta forma, aunque los instalemos en un punto con mucho calor o mucho frío, estos bolardos van a poder cumplir su función perfectamente. Adicionalmente, pueden resistir impactos, recuperando su forma por completo. Esto se traduce en un 35% más de vida útil que una pilona tradicional metálica.
Su funcionamiento es sencillo: en el momento en el que se produce un impacto, el bolardo cede y, una vez que el vehículo se retira, este vuelve a su posición habitual, recuperando el 100% de la verticalidad. Esto no significa que no impida el paso de coches. Las pilonas flexibles están diseñadas para producir daños en la parte baja de vehículos utilitarios comunes, por lo que siguen siendo un elemento de seguridad efectivo. Sin embargo, permiten el paso de ambulancias, camiones de bomberos y otros vehículos de emergencia, al tener estos una mayor altura.
Además, los bolardos flexibles también son inclusivos para las nuevas formas de movilidad. Su diseño está pensado para que un impacto por parte de un usuario de bicicleta, patinete o incluso un peatón, no sea mortal, como sí puede serlo un golpe con una pilona tradicional.
Por último, su proceso de instalación es otra de las principales ventajas que hay que tener en cuenta. Es realmente simple, ya que solo serán necesarios cuatro tornillos expansivos. Los orificios de cada uno de los bolardos ya vienen hechos de fábrica, por lo que no habrá que realizar mediciones para poder instalarlos.
Visibilidad, otro de los grandes beneficios del bolardo flexible
Otro de los beneficios de las pilonas de poliuretano es que son muy visibles.
Aproximadamente, poseen una altura de entre 80 y 120 centímetros y se fabrican en una gran variedad de colores y con bandas reflectantes, lo que las hace destacar de otros elementos del entorno urbano y permite verlas tanto de día como de noche.
Pueden instalarse en calzadas de hormigón o asfalto, aunque son muy polivalentes y también cumplen su función en interiores. Si lo deseamos, es posible ponerlas en garajes comunitarios o abiertos al público. Son muy útiles para señalizar una vía privada o donde se están haciendo obras.
Las mejores opciones en FCI Urban
En FCI Urban contamos con más de 50 años de experiencia en la fabricación, exclusivamente de bolardos y pilonas de seguridad. Nuestros productos, elaborados con poliuretano flexible, incluyen un compuesto químico propio resultado de un proceso de I+D, que garantiza la máxima resistencia, flexibilidad y seguridad, siendo además 100% reciclable.
Ya son varias las ciudades europeas que han confiado en nosotros. Por ejemplo, en Poznan (Polonia), rehabilitamos el centro de la ciudad sustituyendo los bolardos de acero por los de poliuretano. Por otro lado, en Anglet (Francia), también delimitamos el carril bici consiguiendo reducir la gravedad de las caídas de sus usuarios.
En Lugano (Suiza), los bolardos de poliuretano fueron de gran ayuda debido a las frías temperaturas que hay en invierno. Pudimos delimitar el espacio urbano destinado a los coches, del dedicado a los peatones. El mismo proyecto llevamos a cabo también en Turín (Italia) para facilitar que los peatones y los coches de motor compartieran la misma calzada sin ningún tipo de problema. Y, en Ontario (Canadá), incorporamos nuestros bolardos para evitar que los vehículos pudieran acceder a la zona comercial.
Nuestro equipo también ha llevado a cabo un minucioso trabajo en cuanto al diseño de nuestros productos, lo que nos permite ofrecer un amplio catálogo a nuestros clientes. En este sentido, en función del objetivo y de la parte de la ciudad donde se vaya a instalar el bolardo de poliuretano, seleccionamos diferentes tonalidades cromáticas para hacerlos más llamativos, o bien, adecuarlos al diseño urbanístico. Por esta razón, trabajamos en cada proyecto de manera personalizada para asegurarnos de que detectamos y damos respuesta a las necesidades y problemáticas concretas que presenta cada uno.
A la hora de elegir un elemento de seguridad como es un bolardo, siempre se debe contar con un especialista. Desde FCI Urban, podemos ayudarte a encontrar la solución ideal para tu proyecto. Contáctanos hoy mismo y te asesoraremos con los bolardos de poliuretano.
